miércoles, 14 de abril de 2010

sábado, 3 de abril de 2010

Poema De La Primavera de Juan Melendez Valdes


De la primavera



La blanda primavera

derramando aparece

sus tesoros y galas

por prados y vergeles.

Despejado ya el cielo

de nubes inclementes,

con luz cándida y pura

ríe a la tierra alegre.

El alba de azucenas

y de rosa las sienes

se presenta ceñidas,

sin que el cierzo las hiele.

De esplendores más rico

descuella por oriente

en triunfo el sol y a darle

la vida al mundo vuelve.

Medrosos de sus rayos

los vientos enmudecen

,y el vago cefirillo

bullendo les sucede,

el céfiro, de aromas

empapado, que mueven

en la nariz y el seno

mil llamas y deleites.

Con su aliento en la sierra

derretidas las nieves,

en sonoros arroyos

salpicando descienden.

De hoja el árbol se viste,

las laderas de verde,

y en las vegas de flores

ves un rico tapete.

Revolantes las aves

por el aura enloquecen,

regalando el oído

con sus dulces motetes;

y en los tiros sabrosos

con que el Ciego las hiere

suspirando delicias,

por el bosque se pierden,

mientras que en la pradera

dóciles a sus leyes

pastores y zagalas

festivas danzas tejen

y los tiernos cantares

y requiebros ardientes

y miradas y juegos

más y más los encienden.

Y nosotros, amigos,

cuando todos los seres

de tan rígido invierno

desquitarse parecen,

¿en silencio y en ocio

dejaremos perderse

estos días que el tiempo

liberal nos concede?

Una vez que en sus alas

el fugaz se los lleve,

¿podrá nadie arrancarlos

de la nada en que mueren?

Un instante, una sombra

que al mirar desparece,

nuestra mísera vida

para el júbilo tiene.

Ea, pues, a las copas,

y en un grato banquete

celebremos la vuelta

del abril floreciente.